A Nerol le cambió la vida hace tres meses. Una hernia discal le dañó la médula espinar y sufre una parálisis en sus patas traseras. El veterinario les dijo que tenían que sacrificarlo pero ellos se negaron. Con una prótesis fabricada especialmente para él sale a la calle como cualquier perro. Por la calle es inevitable que no llame la atención. Nerón está completamente adaptado a su carrito con ruedas. Un final feliz posible a sus dos ruedas y a sus ganas de vivir.
Fuente: telecinco.es
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